Las Industrias de las Telecomunicaciones en España
Los equipos instalados en España en el siglo XX fueron casi en su totalidad de fabricación nacional
El pasado 29 de enero, el Foro Histórico de las Telecomunicaciones celebró en el Instituto de la Ingeniería de España (IIE) la segunda de las jornadas correspondiente al Ciclo de Innovaciones Propias, en torno al desarrollo de la industrialización de la Telecomunicación y bajo el título “Las industrias de las Telecomunicaciones en España. Los equipos instalados en España en el siglo XX fueron casi en su totalidad de fabricación nacional”.
Abrió la Jornada D. Isaac Moreno, presidente de la Delegación de Madrid de la Asociación Española de Ingenieros de Telecomunicación, recordando que el Ciclo de Innovaciones Propias lanzado por el Foro Histórico de las Telecomunicaciones está orientado a poner en valor las innovaciones que los ingenieros de telecomunicación han aportado a la sociedad española, y añade que en la Jornada de esta tarde se mostrará el nivel alcanzado por nuestras industrias de telecomunicación capaces de atender la demanda de equipos y sistemas requerida para el fuerte crecimiento de las redes.
D. Julio Linares, como moderador de la Jornada, señala que Vicente Ortega, José Luis Adanero y Manolo Gordillo son actores protagonistas de nuestra historia en diferentes ámbitos y su experiencia de medio siglo garantiza el rigor de los análisis de cada uno de los tres periodos en que se ha divido esta Jornada.
El primero de los ponentes, D. Vicente Ortega, explicó el contexto tecnológico en el último tercio del siglo XIX. Apunta que, para que exista una situación de innovación tecnológica, es necesario que se den una serie de circunstancias de tipo político, empresarial, cultural y de valores en la Sociedad. Y añade que tres son los ámbitos a considerar para que se cree tecnología: un ámbito científico-técnico; un ámbito organizativo y ámbito cultural. Cuando se dan los tres factores a la vez, es cuando se genera un desarrollo tecnológico importante.
En EE.UU. y en Europa durante el S. XIX sí había ciencia, tecnología, inventores y empresarios, y en consecuencia innovación en el sector de las telecomunicaciones. En cambio, en España no hubo ciencia, apenas existían inventores o no disponían de apoyos, había un escaso desarrollo tecnológico y apenas había empresarios. Además, nuestro siglo XIX se caracterizó por las turbulencias políticas, los cambios de gobiernos, las guerras carlistas y el retardo en la industrialización.
En España las prisas por crear el sistema telegráfico condujeron a utilizar equipo construido en el extranjero, impidiendo de esta forma el desarrollo de la industria nacional. Lo mismo ocurriría más tarde con los terminales telefónicos. Las comunicaciones radiotelegráficas tuvieron, sin embargo, distinta evolución. A mediados de 1901, poco antes de que Marconi lograra transmitir el S.O.S entre Cornualles y Terranova, Cervera logró que su enlace entre Ceuta y Tarifa funcionara correctamente. Se crea en 1902 la empresa “Telegrafía y Telefonía sin Hilos”, industria española de telecomunicaciones, que abandona, por falta de apoyo de las instituciones, cuando los enlaces Jávea-Ibiza no funcionan bien en su primer intento.
En 1917, el radiotelegrafista Antonio Castilla, que había colaborado con Lee de Forest, fundó la empresa Compañía Ibérica de Comunicaciones para la introducción de los dispositivos electrónicos en los equipos de TSH y construir emisores y receptores para la Radiodifusión. Fabricaba los receptores marca IBERIA, que competían con los equipos comercializados por PHILIPS, TELEFUNKEN y otras marcas. Buena parte de los equipos de PHILIPS eran de producción nacional como lo eran los de MARCONI para radiotelegrafía.
En abril de 1924, se constituye en Madrid la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE) con capital mayoritario de la multinacional International Telephone and Telegraph Corporation (ITT). Unos meses más tarde, se firma el contrato entre CTNE e ITT por el cual se otorgaba a esta última el monopolio de fabricación de todo el material telefónico. En 1926 se constituyó Standard Eléctrica SA. para fabricar equipos de transmisión y conmutación, así como cables. Se empieza a establecer una nueva política industrial en el sector de las telecomunicaciones, donde SESA dominó el panorama en la industria de telecomunicaciones, con una ingeniería y tecnología predominantemente españolas. A principios de los años 60 ya había una actividad notable de I+D. Al fin, España dispuso de una empresa con un nivel alto de conocimiento tecnológico.
En el sector de la radio y la televisión se crean en la década de los ’60 varias empresas con producción nacional y tecnología propia o licenciada, muchas de las cuales desaparecieron a finales del siglo, aunque otras continuaron, como AMPER, MIER y SITRE.
[Presentación de Vicente Ortega]
La siguiente ponencia corrió a cargo de D. José Luis Adanero, quien explicó la etapa comprendida entre 1965 y el 2000, durante la cual se dio el mayor crecimiento de las industrias de telecomunicaciones en España.
El crecimiento constante de la demanda de equipos y sistemas de telecomunicaciones durante este periodo, unido a la puesta en marcha de una política industrial orientada a favorecer la fabricación nacional, contribuyeron a la creación de una industria potente, con desarrollo de tecnología propia, capaz no solo de cubrir las demandas internas, sino de exportar los productos a otras latitudes. La fabricación nacional se veía favorecida por la existencia de beneficios fiscales a la exportación y de un sistema arancelario que gravaba de manera significativa las importaciones de equipos y sistemas de telecomunicaciones.
En 1972, el sector de las telecomunicaciones en España tenía un peso del 46% del mercado total, representando un porcentaje superior al del resto de los países europeos más industrializados. Y el crecimiento del mercado español de telecomunicaciones en el periodo 1970 a 1975 fue superior al 200%, su valor de producción se multiplicó por un factor del 3,13, los empleos se incrementaron en un 150% y la productividad de la mano de obra pasó de unas 600,000 pesetas por empleado/año en 1970 al millón de pesetas en 1975. Los productos de telecomunicaciones más demandados en ese periodo fueron equipos de conmutación, de transmisión y de radiocomunicaciones, representando todos ellos más de un 75% del total.
A finales de los años sesenta existían en España tres grandes empresas multinacionales presentes en nuestro país desde hacía años, que contribuían con más del 85% de la producción total del país y donde trabajaba aproximadamente el 90% de todo el personal empleado en el sector industrial de las telecomunicaciones. Junto con estas tres grandes empresas multinacionales existían otras 28 empresas nacionales de tamaño pequeño y medio.
A principios de los setenta CTNE, bajo la presidencia de Barrera de Irimo, negoció el fin del monopolio de suministros en las tres grandes líneas de productos, Conmutación, Trasmisión y Cables, del que disfrutaba Standard Eléctrica, propiciando la creación de tres industrias en nuestro país, INTELSA, TELETTRA ESPAÑOLA y CABLES DE COMUNICACIONES, y dando origen a un mercado en competencia de suministros que llegó a dar trabajo directo a más de 9.000 personas con un alto grado de tecnificación.
El crecimiento sostenido de la demanda de CTNE, como operador en régimen de monopolio, fue el motor que impulso el crecimiento de la industria de telecomunicaciones en España. Su volumen de inversiones en red pasó de 39,5 millardos en 1970 a 67,6 millardos en pesetas constantes, con una inversión acumulada en el período de más 325 millardos de pesetas. La financiación de estas cuantiosas inversiones fue posible gracias a la captación de fondos en sucesivas ampliaciones de capital cuyas acciones se conocían popularmente como ‘matildes’.
En 1983, CTNE, mediante una política activa de toma de participaciones en diferentes empresas de telecomunicaciones y de la creación de empresas filiales, impulsada por su presidente Luis Solana con el objetivo de favorecer la fabricación nacional y la consiguiente creación de empleo, configuró el Grupo Industrial de Telefónica, que llegó a estar integrado por 29 sociedades a finales de 1985. Doce años después, CTNE se desprendió de la última de sus empresas de este holding industrial, siguiendo las recomendaciones del FMI con la doble finalidad de disminuir la deuda pública e incrementar la competencia con el objetivo último de contener la inflación.
Paralelamente el INI fue adquiriendo una serie de empresas del sector electrónico con determinadas capacidades innovadoras, algunas de las cuales atravesaban ciertas dificultades económicas. Todas estas empresas se agruparon en lo que se denominó entonces la División de Electrónica e informática, configurado en 1983 como un “holding”. La crisis de 1990 provoco una desaceleración en la industria de telecomunicaciones española con la consiguiente disolución de la División de Electrónica e Informática del INI.
Aprobada en diciembre de 1987 la Ley de Ordenación de las Telecomunicaciones, la entrada de nuevos operadores obligaría a competir en precio a sus clientes lo que a su vez fuerza a que las empresas suministradoras de equipos desplazaran la fabricación de sus productos a otras latitudes. Este fenómeno que se ha recogido con el nombre de globalización de la economía explica en buena medida la práctica desaparición de las fábricas de equipos y sistemas de telecomunicaciones que existieron en España en el siglo pasado.
[Presentación de José Luis Adanero]
Seguidamente, D. Manuel Gordillo analizó el periodo comprendido entre el año 2000 y la actualidad, partiendo de los indicadores básicos para mostrar el despegue de la telefonía móvil con una penetración superior al 100% en usuarios, pero no en tráfico por línea, y un desplome en la producción de equipos, y en especial los de fabricación nacional, transformando además la actividad manufacturera en integración de sistemas.
El esfuerzo desarrollado por Telefónica y otros operadores en la segunda mitad del siglo XX fue enorme. La redes fija y móvil eran extensas y modernas, pero ancladas en la conmutación de circuitos y en el sistema de señalización del CCITT nº 7. Era difícil la conversión a redes IP. Tanto los operadores como los fabricantes españoles no quisieron ver la llegada de Internet ni prever su impacto. Poco después, los operadores quedaron sensiblemente debilitados financieramente por las subastas del espectro de frecuencias para la telefonía móvil de tercera generación (UMTS), puesto que las tasas a pagar eran superiores a los ingresos. La mayoría de los operadores de Banda Ancha móvil desaparecieron.
Por su parte, la industria no centraba su I+D, como debería, en el futuro IP. Y los cuantiosos beneficios conseguidos en los últimos meses del siglo pasado por los suministradores de equipos Alcatel, LM Ericsson, Amper y Lucent se dedicaron a gastos sociales. Y todo ello en medio de un continuo proceso de reestructuración de la industria. Como resultado, una pérdida de competitividad en producto y costes, que condujo inevitablemente a una importante caída de las exportaciones.
La gran industria española de las telecomunicaciones era subsidiaria de multinacionales como Alcatel, LM Ericsson, Telettra, Lucent. Cuando el mercado y la capacidad financiera desaparecieron en España, las sedes centrales de las multinacionales adelgazaron drásticamente sus filiales españolas. El escaso apoyo de la administración y el bajo nivel de I+D en comparación con otros sectores ahondó en el declive. A modo de ejemplo, España invierte más en fútbol que en I+D.
Desde finales de los 80 y principios de los 90, los suministradores europeos como Alcatel, LM Ericsson y Siemens buscaron una salida vendiendo a China con créditos blandos de los Estados Miembros de la UE. Pronto China empezó a exigir la transferencia de la tecnología de los ASICs específicos. Podemos, en consecuencia, afirmar que Europa ha financiado el desarrollo de Huawei, ZTE, … Hoy China es el líder en tecnología y capacidad financiera en la fabricación de equipos de telecomunicación.
¿Cómo revertir el proceso de desplome de una industria que cubría la casi totalidad de la demanda de equipos de telecomunicación en los 80 y hoy es casi irrelevante? Se presentan entre otras en el horizonte próximo las oportunidades que ofrece la gran disrupción de las Telecomunicaciones con el 5G, la implantación masiva del IOT, el automóvil conectado, así como nichos tales como Antenas Massimo Mimo y tecnología BEAMFORMING, Small cells, FTTH, Saas y Edge Computing. En esta línea, citaré dos empresas netamente españolas, actualmente competidoras en el mercado mundial, gracias a la innovación y a la buena gestión, como son el Grupo Premo, con sede en Málaga, y JSC Ingenium en Madrid.
Pero para que la industria española de las telecomunicaciones renazca con fuerza es imprescindible que el Estado incremente sustancialmente el ridículo 1,2 % del PIB en I+D actual y desarrollar los ecosistemas que complementen la capacidad de las industrias en alianza con la Universidad, los centros de I+D y las empresas operadoras.
[Presentación de Manuel Gordillo]
Vídeo de la jornada