Cámaras térmicas, imprescindibles en la nueva normalidad para controlar la COVID-19
La aparición imprevista de una epidemia mundial ha trastocado el día a día. Nos adentramos en una época en la que las medidas de seguridad y su control van a ser primordiales para evitar cualquier rebrote y poder seguir, con la mayor cotidianeidad posible, haciendo lo que hacíamos hace unos meses.
Para ello, la toma de temperatura constante, sobre todo al entrar en espacios cerrados pero abiertos al público, ha pasado a un primer plano. Se trata de un aspecto íntimamente ligado con los últimos avances tecnológicos que no ignoran el alcance que pueden llegar a tener en la seguridad que aportan.
En un webinar organizado por el COIT, Alfredo Gutiérrez, encargado de la empresa Mobotix en la Península Ibérica, ha explicado tanto las funciones como los parámetros que solventan una correcta detención de temperatura corporal elevada utilizando cámaras térmicas. ¿Por qué esta es la mejor opción dadas las circunstancias para saber si alguien presenta fiebre? La pregunta encuentra su respuesta en las otras opciones que existen para la medición de la temperatura. Por un lado, los termómetros corporales quedan desechados por la necesidad que presentan del contacto corporal. Por el otro, los sensores térmicos de mano tampoco permiten respetar la distancia de seguridad omnipresente a causa del coronavirus y, algunos de ellos, son altamente imprecisos.
De esta forma, aunque Gutiérrez ha asegurado que la medición de la temperatura corporal mediante cámaras térmicas aún no posee certificación médica, ya se han iniciado los trámites para ello, al menos en EE.UU. De hecho, es uno de los métodos más frecuentes que en estos momentos tiene presencia en aeropuertos, museos o salas de teatro.
“A través de un sensor óptico y térmico generamos una imagen con cierta información. Por eso, hay que tener en cuenta la emisividad de temperatura de la piel humana, que es muy elevada, lo que nos proporcionará unos resultados bastante precisos. Además, no hay que despreciar el aspecto de la transmisividad, es decir, el medio que separa al emisor de temperatura del instrumento medidor”, ha explicado Gutiérrez. Precisamente, el parámetro de las transmisividad es uno de los que más hay que cuidar de cara a que los resultados estén acordes a la realidad, ya que en ella intervienen factores como la humedad del ambiente.
Si hablamos de precisión, hay muchos más factores que intervienen en ella más allá del margen de error del dispositivo que mide la temperatura, aunque en su caso solo varía en unos 0,05°C, como los factores ambientales, por lo que recomiendan utilizar el dispositivo en entornos cerrados. Asimismo, Gutiérrez también ha advertido de que estas herramientas en ningún caso detectarían que una persona padece una enfermedad, como el coronavirus, y que únicamente se limitan a detectar una temperatura elevada en el cuerpo.
El mejor punto de control es el lagrimal, aunque sus cámaras también se fijan en la ‘T’ que forman los ojos con la nariz y los labios, o en la zona de la sien para una toma de temperatura correcta. Algunos factores a tener en cuenta de cara a implementar esta herramienta son: cuanto más lejos esté la persona del dispositivo, menos precisión habrá; no es un sistema recomendado para exteriores; hay que evitar tomar la temperatura justo después de que una persona haya estado en la calle, pues pude arrastrar calor de fuera, y se debe tener un fondo limpio en la imagen de la medición, evitando las ventanas o puertas por detrás.
De la misma forma, Gutiérrez ha recomendado que la medición se realice de forma individual, dada la coyuntura, aunque los dispositivos de Mobotix pueden llegar a crear 20 zonas de focalización independientes. Para una mayor optimización de resultados, ha comentado que una visión clara de la cara, sin gafas de sol o gorras que tapen la frente, sería lo correcto, mencionando también que el portar mascarilla no entorpece la medición, que se recomienda llevar a cabo a menos de cinco metros de distancia. Además, evitar estar hablando por el móvil o tomando una bebida caliente en el momento de evaluar la temperatura ayudará a la fiabilidad de los resultados, pese a que el dispositivo se puede programar para evitar que estos ejemplos trastoquen el resultado.
Los sistemas de Mobotix realizan el análisis de la temperatura dentro de la propia cámara, desde donde se pueden establecer los umbrales máximos. En el caso de sobrepasarlos, un software propio que permite interactuar con el de terceros, hará que la cámara emita un mensaje de voz alertando de la alta temperatura de una persona, que salte una notificación en el dispositivo digital enlazado, o incluso cerrar un torno para que esa persona que puede presentar fiebre no pueda acceder a un recinto.
(Foto: ICS/Depositphoto)