Matilde Gil fue galardonada en 2020 como ‘Persona destacada’ del sector en la Noche de las Telecomunicaciones Valencianas. Y la verdad es que leyendo su trayectoria profesional paree un premio bien merecido. Matilde, Ingeniera de Telecomunicación por la Universidad Politécnica de Valencia, es arquitecta de Infraestructura de Red en United Nations Global Service Center, donde ejerce como responsable de equipo, administradora de servicios, analista y responsable de labores de planificación.
En 2019 te convertiste en la jefa de Operaciones de la Unidad de Infraestructura Comercial de la ONU. ¿Cómo es el trabajo en esa Unidad? ¿Qué puede aportar en él una Ingeniera de Telecomunicación?
Me incorporé en 2014 a UNICC, una agencia de Naciones Unidas que da servicios de TI a otras agencias de la organización y a ONG. Inicialmente era un puesto de técnico de red, muy de campo, dentro de una unidad de ingeniería dedicada a dar soporte a misiones de paz de la ONU, y desde entonces he ido adquiriendo responsabilidades.
En 2017 fui promocionada a una posición de jefa de equipo y, de manera interina, fui asumiendo también la gestión de toda la unidad, lo que se oficializo más tarde. Así que durante casi 6 años he trabajado en un equipo de casi 20 técnicos repartidos entre Italia, Nueva York y Valencia, que se encarga de garantizar las comunicaciones en entornos críticos y colaborar continuamente con misiones de paz en todo el mundo. Mi día a día implicaba en gran medida estar en contacto permanente con técnicos de varios países y gestionar varios recursos de telecomunicaciones a nivel internacional.
Recientemente he cambiado de puesto. Me surgió la oportunidad de volver a un área más técnica, con menos labores de gestión, pero colaborando con más agencias de Naciones Unidas, como la Organización Mundial del Comercio, la FAO (organización para la alimentación y la agricultura) y UNECA (la comisión económica de la ONU para África). Se trata de un puesto de arquitecta de red, también en UNICC, que me ofrece la posibilidad de ampliar el ámbito de mi trabajo a más tecnologías y más clientes.
Como Ingeniera de Telecomunicación, he aportado mi experiencia técnica en áreas de redes, telefonía IP y seguridad. Nuestra formación también incluye capacidad de gestión y optimización de recursos. Trabajo con más ingenieros de telecomunicaciones y de otras ramas. Naciones Unidas se enfrenta a retos globales, con usuarios y medios en todo el mundo. Los técnicos de IT somos esenciales para conectar sedes, desplegar y mantener centros de datos y garantizar la seguridad en un organismo foco de numerosas amenazas.
En estos dos últimos años, la digitalización se ha disparado y los retos son mayores: las redes tradicionales están dando paso a redes definidas por software (SDN), centros de datos virtualizados, entornos mixtos en la nube, arquitecturas que den soporte a proyectos de big data, Inteligencia Artificial, blockchain,… En muchos casos se trata de cambios muy radicales y los ingenieros tenemos un papel importantísimo en esta transformación.
En marzo compartiste en tu perfil de Linkedin una campaña que se viralizó denominada #NoMoreMatildas orientada a impulsar las carreras STEM en niñas y adolescentes. En este sentido, ¿has percibido algún cambio en los últimos años sobre el interés de las jóvenes en las carreras científicas y de investigación?
Esta campaña me llegó a través de un familiar, claro, porque, al llevar el mismo nombre que el mío, le llamó la atención. Me informé y me pareció importantísimo ayudar a dar a conocer el efecto Matilda, una realidad en muchos casos de negación de oportunidades y méritos a las mujeres en entornos científicos y de investigación. Desgraciadamente, creo que la presencia de mujeres en ámbitos STEM no mejora como debiera.
En Naciones Unidas se está haciendo un esfuerzo muy importante para incorporar mujeres en puestos técnicos y de responsabilidad. Desde mi experiencia en procesos de selección, no es fácil encontrar perfiles de este tipo entre mujeres y, por lo que indican los números de estudiantes en las carreras STEM, no se va a corregir a corto plazo. Por eso es muy importante dar visibilidad a las mujeres que trabajamos con ciencia y tecnología, hay que crear referencias entre las niñas, para que perciban la ciencia y la investigación como una opción más en sus vidas. Colaboro con una iniciativa de la Universidad de Valencia para promocionar carreras técnicas entre estudiantes (#girls4stem) y, cuando tengo la oportunidad, doy charlas en colegios. Lo que veo que va mejorando es que las mujeres que se incorporan a carreras profesionales relacionadas con ciencia y tecnología llegan con menos complejos, las veo más valientes y con ambición. Esto es muy importante en un mundo todavía muy masculinizado.
Recientemente, participaste en un webinar en relación a las oportunidades de trabajo en la ONU. ¿Crees que un Ingeniero de Telecomunicación es un profesional multidisciplinar?
Absolutamente. Como he comentado, estoy rodeada de compañeros con carreras de Ingeniería, muchos de Telecomunicaciones, y con responsabilidades en muchas disciplinas: ciencias de datos, seguridad, redes, sistemas, desarrollo. Y a muchos niveles: áreas de soporte, en proyectos, en innovación, en puestos de gestión y de relaciones con el negocio y clientes. Un Ingeniero de Telecomunicaciones puede ser un experto muy especializado, pero también un recurso muy transversal en un mundo en plena transformación digital. Las oportunidades en la ONU se van a multiplicar, la base de Valencia sigue creciendo, y la demanda es muy variada y continua. Yo diría que en el 80% de los puestos publicados, un Ingeniero de Telecomunicación tiene cabida.
¿De qué forma has ido percibiendo esto último a medida que avanzaba tu carrera laboral?
Desde mis inicios como ingeniera, me he ido transformando continuamente en mi carrera laboral: empecé programando con bases de datos, me pasé al mundo de la redes WAN, luego a soluciones más centradas en la seguridad, más tarde a gestión de proyectos y servicios, y he sido responsable de equipos técnicos. Todos estos puestos me han aportado muchísimo, a nivel profesional y personal. Me gusta salir de mi zona de confort, atreverme con nuevos desafíos. Nuestra carrera lo requiere: desde que salí de la universidad no he dejado de estudiar, de adaptarme, de reconvertirme… Este mundo es muy exigente pero nos da muchísimas oportunidades laborales.
Además de tu profesión como Ingeniera de Telecomunicación, la práctica del deporte te ha acompañado desde tus años de estudio en la UPV. ¿Qué relación encuentras entre el deporte y tu cargo de responsabilidad en Naciones Unidas?
El deporte es una parte muy importante de mi vida, es fundamental para mi equilibrio personal. Desde pequeña he practicado muchos deportes, de equipo e individuales. A ellos les debo la cultura del esfuerzo, el trabajo en equipo, y, por qué no, una sana competitividad. Este trabajo es a veces muy absorbente y estresante, y en muchas ocasiones mi cuerpo me dice: Mati corre, Mati corre, como Forrest Gump. Además me da la oportunidad de conocer a mucha gente de otros entornos y edades, y me aporta mucha fuerza y energía. Espero recuperar ese equilibrio: la pandemia me ha afectado mucho en ese sentido, y si tenía alguna duda, me ha recordado lo importante que es reservarme esos momentos de desahogo y desconexión del trabajo.
Has sido galardonada como persona destacada del sector en la Noche de las Telecomunicaciones Valencianas de 2020. ¿Alguna vez imaginaste que llegaría tan lejos? ¿Qué retos te propone para el futuro?
¡Para nada me imagine llegar a donde estoy ahora! Estoy agradecidísima de que el Colegio pensase en mí y la organización de la Noche de las Telecomunicaciones Valencianas me diera este reconocimiento. A veces no soy consciente de la suerte que he tenido en mi carrera profesional y lo excepcional que es trabajar para Naciones Unidas. Esto me motiva muchísimo para seguir en el mundo de las telecomunicaciones: cada vez soy más consciente de la transcendencia que tiene en nuestro futuro y cuántos esfuerzos y recursos va a requerir en los próximos años. Puede parecer muy grandilocuente, pero de verdad que es así.
En mi puesto actual, tengo la oportunidad de escuchar los retos que nos trasladan desde, por ejemplo, la Organización Mundial de la salud, UNICEF, IOM, UNWOMAN y de bancos de desarrollo regionales, por ejemplo. Con mi experiencia, ya son unos años, y mi esfuerzo continuo de aprendizaje, espero estar a la altura.