El coche conectado y autónomo es uno de los grandes retos a los que se enfrenta el mundo de las telecomunicaciones a medio plazo. Dada la particularidad que posee este sector, son muchos los agentes implicados en la configuración del vehículo del futuro, que cada vez está más presente. En este sentido, un webinar organizado por el COIT aportó las claves desde diferentes, pero todos esenciales, puntos de vista.
La conversación, comandada por Isabel Navarro, coordinadora del Grupo de Vehículo Conectado/Autónomo del COIT, junto a Sonia Castillo, también de este GT, comenzó con una breve introducción por parte de Marta Balenciaga, decana-presidente del COIT y presidenta de la AEIT. “Dos elementos se cruzan en este debate: una transformación muy importante en el ámbito de la movilidad y un sector puntero en el desarrollo de los servicios. Este es un campo donde los profesionales TIC tenemos un papel preponderante y proactivo”, señaló.
Indicando que en el mundo existen en torno a 1.400 millones de vehículos, Balenciaga afirmó que el cambio de paradigma al pasar del motor de combustión al eléctrico también hace que el sector del automóvil se enfrente a una de las mayores transformaciones de su historia. A continuación, Jorge Ordás, subdirector general de Gestión de la Movilidad y Tecnología de la DGT, apuntó que los Ingenieros de Telecomunicación tienen mucho que decir en esta transformación dada la esencialidad de la tecnología en el proceso de cambio.
“Ahora, cuando se compra un vehículo lo que interesa es la etiqueta medioambiental pero también sus capacidades tecnológicas. Quieres un ordenador a bordo que te muestre información de valor, como el parte meteorológico, el tráfico que hay en la zona, el estado del vehículo… Es algo que nos da mucha capacidad, porque sobre esas mismas infraestructuras podemos crear más cosas”, comentó. Asimismo, desde su visión, aseguró que “el reto va a estar en las resistencias de aquellos propietarios que no quieran ser controlados, que no quieran compartir sus datos, y es ahí donde las normativas de la Unión Europea tendrán que incidir para que sus directivas sean algo más fuertes para poder discernir qué datos son de interés para toda la sociedad y, por tanto, deberían ser gratuitos”.
De esta forma, la DGT ya trabaja en varios programas que mejorarán las cifras de fallecidos en carretera. Por ejemplo, en lugar de avisar con el triángulo rojo la ubicación de un vehículo parado en la calzada, el propio conductor pueda lanzar una alerta a través de una app para que su mensaje llegue a los distintos vehículos que se encuentran en esa zona.
Mario Lombán, vicepresidente de la Asociación Española de la Carretera, comenzó su intervención señalando la reducción de la movilidad a causa de la pandemia y cómo las restricciones hacen que la economía de un país se pueda llegar a desplomar. “Parte de las soluciones vendrán de esa movilidad segura, sostenible y conectada a la que aspiramos. En la actualidad, el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuvo en cuenta estos factores en la presentación de su Plan de Reconstrucción, por lo que es un elemento clave para soluciones la situación provocada por la COVID-19”.
También señaló la importancia de no entender como vehículo conectado a un conductor con un móvil que se limita a emitir datos, por lo que incidió en la necesidad de que la comunicación del vehículo con la localización en la que se encuentra debe ser exacta y estar integrada en la misma infraestructura. “El gran reto es definir modelos de contratación que permitan la innovación y una certificación transfronteriza, lo que nos dará una oportunidad para poder clasificar a las carreteras en función de su capacidad de comunicación con el automóvil y la transmisión de cualquier incidencia”.
Pablo Ferrando Rubio, director técnico para Europa y Nuevos Mercados, en Cintra Servicios de Infraestructuras - Grupo Ferrovial, añadió que se están percatando del incremento del e-commerce, el teletrabajo y la digitalización en general, además de un viraje hacia el uso del coche privado por la situación coyuntural en la que nos encontramos. “Las oportunidades de la conectividad darán al usuario mayor seguridad y confort, pero en el transporte público podremos optimizar sus operaciones, e incluso las Administraciones públicas tendrán una oportunidad importante de controlar, hasta donde la ciudadanía les deje, el tránsito por carreteras y gestionar así la congestión y la contaminación de forma más inteligente”.
Al mismo tiempo, puso encima de la mesa la cuestión del significado de ‘seguridad’, que “dependerá si nos fiamos de la certificación del fabricante o, además, necesitaremos una infraestructura adicional que controle a los coches conectados, como un ente superior que asegure la maximización de beneficios en una vía. Entre todos iremos definiendo si eso nos parece bien, como sucede con las torres de control en los aeropuertos”, concluyó.
Sara Gutiérrez Lanza, automotive business unit director de GMV, incidió en su labor para dotar de conectividad a los vehículos, ya sean de transporte público o privado, avanzando hacia servicios cooperativos donde los automóviles se entienden entre ellos, con el objetivo de mejorar la seguridad vial y la mejora energética o calidad del aire de una ciudad. “Todas las ideas se orientan, por ejemplo, hacia la regulación de las intersecciones en la ciudad y los semáforos, y a controlar la frecuencia del transporte público para que no se concentren los pasajeros a bordo, por ejemplo. Esas opciones son muy interesantes y ayudarán a que la movilidad no se vea tan afectada como está sucediendo ahora para que cuando se reactive la actividad social y económica no volvamos a un uso masivo del vehículo privado, sino que exista un equilibrio entre el uso del coche en trayectos compartidos o transporte público, y el privado”.
Además, Gutiérrez recalcó la importante de la inteligencia artificial a la hora de procesar los datos “y aprender de los mismos para entrenar a los algoritmos, optimizando los desplazamientos y otras situaciones ligadas a la movilidad”. Asimismo, defendió que la seguridad en estos nuevos vehículos debería venir integrada desde su diseño, un aspecto del que habló ampliamente Adolfo Ranero, CEO & founder de Deep Mirror Automotive Cybersecurity.
“Nosotros estamos creando un prototipo para certificar vehículos en torno a su ciberseguridad”, comenzó diciendo Ranero. También señaló que se está tramitando la regulación europea de ciberseguridad, así como la homologación de los vehículos autónomos, lo que poco a poco va configurando el esquema en el que tendrán que operar todos los actores implicados, un hecho que potencialmente beneficiará a las ITV, desde donde tendrán que inspeccionar el nivel de ciberseguridad del vehículo.
Desde el punto de vista de Adolfo Ranero, el ecosistema del vehículo conectado y autónomo se basa en un ‘polidiálogo’ entre coches, infraestructura y personas. Según su análisis, el control de esta tecnología será un modelo mixto entre el nivel de autonomía del propio automóvil y un control centralizado.
(Foto: ICS/depositphoto)
Vídeo completo del webinar