La digitalización abre nuevos paradigmas empresariales que harán que las corporaciones puedan estar mejor preparadas para situaciones difíciles como la producida a raíz de la crisis sanitaria. El Big Data y la IA son los principales activos que las compañías se esfuerzan por perfeccionar.
“La digitalización no es una opción, sino una necesidad para garantizar la supervivencia de las empresas”. Así de clara se muestra Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo cuando habla sobre la industria 4.0. Este sector y la transformación a la que se enfrenta están altamente influidos por la sostenibilidad, otro gran pilar del que nadie se olvida. “La creciente concienciación sobre el agotamiento del entorno demanda cambios en los patrones de producción, por lo que debemos fomentar la economía circular”, defiende la ministra. El reto de la digitalización ya es una realidad en España, aunque ninguna empresa puede abordarlo sola, y menos en un país en el que el 98% de las corporaciones son pymes.
Retrotrayendo la cuestión al estadio actual, uno de los principales instrumentos para desafiar la pandemia será la digitalización del modelo productivo localizado en la industria. Así, la digitalización, junto con el desarrollo de su economía, se configuran como una prioridad. Para ello, desde el Gobierno han puesto en marcha la Estrategia Industria Conectada 4.0, un programa de acompañamiento para el sector industrial en su modernización que se materializan en seis proyectos de ayuda a la empresa que inciden a lo largo de toda la cadena de valor, desde el diagnóstico inicial hasta su desarrollo.
En este sentido, dos conceptos clave se tornan ineludibles para estar a la altura de las circunstancias: el Big Data y la Inteligencia Artificial (IA). Ya ha quedado demostrado durante la crisis sanitaria, pues las empresas que se encontraban en procesos de digitalización avanzados cuando estalló la pandemia se han podido adaptar mejor a las circunstancias, incluso a algunas les ha permitido transformar parte de sus negocios, tal y como defiende Juan Bachiller, vicepresidente de la Comisión de Industria 4.0 de AMETIC.
El dato y el algoritmo se configuran como activos principales de cualquier compañía, pues serán uno de los factores esenciales de la rentabilidad en el medio plazo, pudiendo llegar a desaparecer aquellas que no los incorporen en sus estrategias. Por otra parte, el desarrollo de la IA liberará a las personas para que se puedan dedicar a tareas de un alto valor añadido. A todo ello se suma el componente de la sostenibilidad: “Para ser sostenible se tiene que ser digital, porque si no pensamos las cosas desde un punto de vista sostenible no vamos a existir”, en palabras de Abril Martorell, chief Digital Officer en Cepsa.
La sostenibilidad cuenta
La presión a la que está sometido el medio ambiente ha quedado patente durante la pandemia, una realidad que ha hecho que más de la mitad de los consumidores haya decidido comprar productos más respetuosos con la naturaleza tras el estado de alarma. Jaume Homs, Iberia 3D Regional Business Manager en la multinacional HP, ejemplifica todas las cosas que podrían cambiar con un alto desarrollo de la tecnología 3D: “Es ideal porque se fabrican las cantidades justas y necesarias, en donde y cuando se necesitan. Cuidar el planeta es cuidar a las personas”.
Más del 80% de los comités de dirección de las empresas del mundo tiene la sostenibilidad entre sus prioridades, una realidad en la que los organismos públicos también están inmersos. Javier Rodríguez, managing director – Industry X.0 Iberia Lead de Accenture, menciona las ciudades inteligentes como una gran posibilidad de explotación: “En torno al 20 por ciento de las emisiones de los vehículos se producen por los atascos, así que hemos trabajado en aplicaciones que optimicen los procesos de aparcamiento reduciendo en un 35 por ciento el tiempo que tardan en estacionar”.
La capacitación de los trabajadores
La simbiosis entre trabajador y empresa en esta nueva realidad debe estar basada en un impulso por las dos partes. La entidad formará a su trabajador para que sea capaz de responsabilizarse y resolver sus problemas ya que la gente que no esté capacitada para ello podría ser automatizada por una máquina. Por otro lado, la digitalización es mucho más que la adopción de la tecnología como tal, ya que los empleados son la pieza de toque que puede hacerla fructificar u obstaculizarla.
En definitiva, el sector industrial encara la revolución 4.0. “En estos instantes, la capacitación es esencial. Nunca ha sido más fácil construir cosas que ahora si se tienen los conocimientos para ello”, agrega el trabajador de Cepsa. Rodríguez, de Accenture, defiende que el sector industrial es más resiliente que otros al generar empleo de mejor calidad. “Los líderes aplicarán estas nuevas tecnologías. Nunca vamos a cambiar tan lento como lo hacemos ahora; esto se seguirá acelerando”, concluyó en una mesa sobre industria 4.0 organizada en el marco del 34º Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones organizado por Ametic
(Foto: ICS/Depositphoto)