Son el área más joven de la Universidad de Oviedo y, sin embargo, reconocen que en los últimos cinco años no han podido realizar incorporaciones decarácter permanente. "No salieron plazas para ellos", certifica el líder del grupo de Teoría de la Señal, Fernando Las Heras, de 55 años, que llegó a Asturias hace 18 años. En ese tiempo, agrega Rafael González Ayestarán, otro de los investigadores del área, muy vinculada a los estudios de Ingeniería de Telecomunicación en el campus gijonés, se leyeron siete u ocho tesis pero de esos nuevos doctores "se quedó uno o ninguno". El grupo lidera desde hace años el ranking de los más jóvenes de la Universidad, con 44,6 años de edad media.
María García es la más joven del equipo, integrado por 14 profesores permanentes y ocho becarios contratados. Con 26 años, se incorporó hace 3 y destaca la experiencia del área en sistemas y tecnologías de radar aplicadas al mundo de Defensa. Esa práctica se llevó más recientemente a integrar radares en drones para detectar objetos ocultos como minas antipersona.
El grupo se estableció en 2001, vinculado al departamento de Ingeniería Eléctrica para implementar el grado de Ingeniería de Telecomunicación que acababa de implantarse entonces en la Universidad de Oviedo. Su campo del conocimiento, en el área de la teoría de la señal y las comunicaciones incluye trabajos sobre electromagnética aplicada (problemas directos e inversos de radiación, propagación y dispersión), procesamiento de señales, sistemas, subsistemas y circuitos para comunicaciones inalámbricas tanto en microondas, ondas milimétricas, submilimétricas y bandas de frecuencia terahertzios, lo que les ha permitido trabajar en proyectos de todos tipo de ámbitos.
Fernando Las Heras alude también a su experiencia en técnicas de imagen electromagnética, que les ha llevado a desarrollar proyectos para detectar determinados elementos peligrosos bajo la ropa. "Trabajamos en aplicaciones móviles para inspección industrial pero también en el ámbito médico", explica. Al mismo tiempo alude la destreza del grupo en la miniaturización de antenas, técnica que pasa por ir hacia materiales flexibles o la posibilidad de incorporarlas también sobre textil.
En el momento actual suman tres proyectos activos de ámbito estatal, uno financiado por la Administración regional para grupos de investigación y también forman parte de un consorcio en el programa de innovación europeo Eurostars. Pero todos coinciden en la falta de "vías estables de financiación" para que los jóvenes puedan quedarse.
Jaime Laviada, con 35 años y 12 de experiencia en el grupo de Teoría de la Señal, se refiere, entre los
proyectos destacados recientes al financiado por el Ministerio que incluye técnicas de imagen
novedosas.
Samuel Ver Hoeye es otro de los veteranos. Llegó hace 15 años y tiene 44. Dentro de las investigaciones recientes del grupo se refiere a la orientada a explorar obras de arte para analizar trazos subyacentes no apreciables a simple vista o la presencia de objetos tridimensionales insertados en obras de arte a partir de la tecnología de terahertzios . Uno de ellos lo realizaron en colaboración con el Museo de Bellas Artes de Asturias.
Con 43 años y 14 en el grupo, Germán León está experimentado en el desarrollo antenas 5G que permiten una gran velocidad en la transmisión de datos. Elena de Cos, de 42 años y 11 en el grupo, trabaja en el desarrollo de materiales novedosos para antenas cerámicas flexibles basadas en circonio.
El grupo cuenta, además, con una estación de seguimiento de satélites y colaboran con el Observatorio Marino de Asturias. Pese el carácter innovador y la juventud de una mayoría de sus miembros, la última hornada de doctorandos "se exportó completa". Algunos se fueron a la empresa privada. Otros, con becas a universidades europeas y algunos lograron una plaza de sustituto en un departamento distinto del suyo.
Junto a María García, los más jóvenes son Álvaro Fernández, de 27 años e Humberto Fernández, de 29. Confían que cambie la tendencia de los últimos años.
Fuente: La Nueva España